En los años 70 su hijo, Fernando de la Hija, cogió pronto su testigo y se lanzó a ir ampliando la empresa, incluyendo repartos directos a clientes de todo Madrid y con la construcción de nuestras actuales instalaciones. Llevando a la empresa hasta lo que hoy somos.
Seguimos manteniendo la misma forma de trabajar las patatas fritas artesanas, repelándolas a mano y dándoles el punto justo de fritura que tanto gusta a nuestros clientes, que nos diferencia y que tan bien nos han enseñado Melchor y Fernando.
Nos gusta estar en contacto directo con los productores nacionales de patatas crudas para contar con la mejor materia prima española en cada época del año, estudiando con ellos que patatas son mejores en cada época para que el frito quede perfecto. Utilizamos aceite 100% de girasol refinado y les damos el punto justo de sal.
Actualmente llegamos a toda España con toda nuestra gama de productos, ya que aparte de patatas fritas artesanas contamos con un amplio catálogo de aperitivos.